La semana pasada, en todo el norte, los barcos tuvieron que estar amarrados sin poder salir a faenar. En Gijón, una ola de trece metros, etc, etc, que ya habréis visto en la tele, o escuchado en la radio. Pero Pedro es un hombre de mar y también, un pirata de vientos.
Después de unas llamadas para concretar el sitio en el que íbamos a quedar, decidimos que lo mejor sería, al lado del recién inaugurado edificio Calatrava en Oviedo. Allí nos estaba esperando a Fer y a mí, para llevarnos a la playa de San Xuan.
Aprovechamos al máximo el día, pues también paseamos por El museo de las Anclas de Phillipp Cousteau.
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